La gran mayoría de los países la leche de vaca se considera un producto estratégico, tanto por ser un alimento de gran calidad, nutritiva, aportando proteínas de alta calidad, lípidos, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, como por el número de agentes económicos involucrados en el sistema. Estos agentes económicos son: productores primarios, transformadores de la mercancía, distribuidores y comercializadores, así como las empresas y otras actividades relacionadas (BM Editores, 2020).
La alimentación en los sistemas de producción de leche, se determinó al tomar en cuenta el concentrado y el forraje como flujo de material inicial que presenta la cadena de leche; estos dos materiales son los que ofrece el proveedor de insumos a los sistemas de producción, que a su vez lo transforman en la materia prima para la industria de transformación o bien para su comercialización como leche bronca. (Cuevas, 2007).
Se busca obtener productos de calidad superior a través de un proceso sustentable mediante un adecuado manejo de los flujos de energía y nutrientes, con un mínimo empleo de insumos externos y privilegiando el bienestar animal.
La leche cruda de buena calidad no debe contener residuos ni sedimentos; no debe ser insípida ni tener color y olor anormales; debe tener un contenido de bacterias bajo; no debe contener sustancias químicas (por ejemplo, antibióticos y detergentes), y debe tener una composición y acidez normales (FAO, 2020).
Se elaboran productos diferentes a partir de la leche como por ejemplo, se producen quesos de alta calidad y sucedáneos de lácteos, que pueden contener subproductos lácteos o substitutos de origen vegetal. En el caso de la leche liquida, se produce leche deslactosada destinada a personas intolerantes a el azúcar de la leche, light para aquellos consumidores que están realizando alguna dieta.